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jueves, 4 de noviembre de 2010

Lito Vitale. Lito Vitale Cuarteto (Ese Amigo del Alma 1987). Lito Vitale Cuarteto. 1987.


Queridos amigos, hoy os quiero dejar un disco que además de resultar enormemente bello desde un punto de vista musical, tiene una gran carga emotiva y sentimental para mí. Se trata del disco de Lito Vitale, Lito Vitale Cuarteto.

Corresponde a una primera aproximación grabada, anterior a uno de sus discos de mayor éxito que fue Ese Amigo del Alma del año 1988 en el que se añadieron dos temas más a este que os presento, inicialmente grabado en el año 1987: La Luz Sagrada y Súbito Pianíssimo. No llegué a comprar ese segundo disco nunca, cosa de la que me arrepiento, pero este resume básicamente la esencia emotiva y musical con el impresionante tema Ese Amigo del Alma y fundamentalmente con Estar Vivo Hoy, uno de los temas musicales más bellos que jamás haya escuchado junto a otra composición del propio Lito Vitale posterior, Un Cuento de Hadas, de su disco En Solitario de 1988 (una maravillosa recreación imaginativa que te transporta mediante los sonidos a un mundo imaginario de Hadas, Pirncesas y Príncipes).

Ambos temas (y varios más, todos ellos embriagadoramente bellos) tuve la enorme suerte de escucharlos en directo en una actuación en Sevilla dentro del marco del programa cultural Cita en Sevilla y organizado por la Universidad Hispalense, concretamente un 29 de mayo de 1990 recién terminada mi carrera y en una pésima situación emocional personal, por circunstancias muy dolorosas de mi entorno y de mi propio interior.


Y digo suerte por varios motivos. El primero porque fue mi primer concierto en vivo que tuve la ocasión de disfrutar si obvio un espectacular montaje en vivo al que acudí en los Reales Alcázares de Sevilla para ver al Ballet de María Rosa y Antonio "El Bailarín" (un espectáculo inolvidable de dos enormes artistas despreciados por aquellos años en España, ¡la política que llega a ser muy mala!). Y el segundo y principal porque este de Lito fue el primero al que acudí en compañía de alguien diferente a mi tita, alguien muy, muy especial, única en mi vida (desde siempre) y a quien debo mucho más de lo que jamás podrá sospechar (y que no sospechará nunca al dejar escapar la oportunidad de así hacérselo saber, aunque todavía tengo en mi poder el regalo que lo atestigua y que nunca le entregué).

Recuerdo perfectamente que se celebró en una noche maravillosa, de luna clara y cielo despejado, en el entonces Auditorio del Prado de San Sebastián (un lugar precioso cerca del Parque de María Luisa de Sevilla) impregnado de olores de azahar y en un ambiente humano acogedor y cálido, con personas deseosas de escuchar a "ese músico argentino" que hacía una música muy bonita y emotiva. Había sido invitado por esa persona al concierto y por supuesto no desaproveché la oportunidad. Estaba nervioso, como un niño en la Noche de Reyes, disfrutando, ya de entrada, de la invitación, emocionado por asistir a algo novedoso y que decían era especial, acompañado además por alguien especial que pasaba por circunstancias difíciles, muy complicadas, diría incluso que demasiado complicadas y duras (y que posteriormente demostró poder superar para ejemplo de muchos otros que éramos menos fuertes de lo que aparentábamos).

Sencillamente la noche resultó ser lo más bonito que jamás he podido vivir. Nunca se me olvidará mi andar titubeante y tembloroso al terminar el concierto, ni las lágrimas que durante el mismo derramé, ni la alegría que en mi corazón se introdujo gracias a aquellos sonidos tan bellos, delicados, dulces y emocionantes que junto a las circunstancias que rodeaban el concierto lo hicieron único e irrepetible.

Además, la música ofrecida con esos títulos tan descriptivos hacía que el sentimiento fuera aún más profundo y apropiado. Era como si canalizara las emociones contenidas que aquella noche brotaron simplemente de forma natural, extraídas del corazón y simplemente lanzadas al aire perfumado de la noche sevillana. Las emociones que transmitieron, la magnífica forma de interpretar que lograron, ayudados por la intimidad que existía en un recinto no demasiado lleno y por supuesto la belleza de la música, fueron soberbias y nunca jamás vividas de forma tan intensa por quien les escribe.

Sencillamente debo dar las gracias a ese enorme músico que es Lito Vitale por hacer sencillo, en aquellos momentos, lo difícil: la expresión de la emoción pura, la amistad sincera y el amor.


Espero que puedan disfrutar de semejantes sensaciones a aquellas que pude disfrutar yo en aquella ocasión. Desde luego la música que os dejo las tiene encerradas en su esencia.


Para mi Amiga del Alma

Lito Vitale Cuarteto
Lito Vitale Cuarteto
Recuerdos en mi bemol*
Estar entre nosotros*
La Vida es un Tango**
Estar vivo hoy**
Ese amigo del Alma**
Lito Vitale, composición y arreglos
Marcelo Torres, bajo
Manuel Miranda, vientos y chéquere
Cristhian Judurcha, batería
Julio de 1987* y junio de 1988**